Retrato de estudio de Joaquín Sorolla joven, vestido de torero, durante su estancia en Roma. En el margen inferior del anverso del positivo lleva una dedicatoria:
“á mi querido amigo Gil JSorolla”
La imagen forma parte de un reportaje fotográfico, junto con otras dos fotografías, conservadas también en el Museo Sorolla. Una de las fotografías del reportaje fue publicada en la revista "La Esfera. Ilustración mundial" del 18 de agosto de 1923, Nº 502, indicando en pie de foto: En 1885, retrato de Sorolla, cuando estudiaba en Roma.
El traje de luces que viste Sorolla es el característico de finales del siglo XIX. Las hombreras son de grandes dimensiones, con amplios caireles colgando por todo su perímetro. El vestido está cuajado de alamares, que cubren también las bocamangas y el frontal del chaleco. La taleguilla se adorna con la característica banda o bordado longitudinal cargado de lentejuelas. Apoya su mano izquierda sobre lo que parece la esclavina de un capote, quizá de paseo.
Muchos artistas plásticos se han interesado por el mundo del toro y muy especialmente por su indumentaria. Al igual que Joaquín Sorolla, pintores como Giorgio de Chirico, Fernando Botero o Pablo Picasso se vistieron o autorretrataron con el vestido de torear. El marchante y galerista francés Ambroise Vollard se hizo retratar por Renoir vestido de torero y hasta el maestro Francisco de Goya, según algunos autores, aparece autorretratado como torero en 1780, cuando realizó “La novillada” para el ante-dormitorio de los Príncipes de Asturias del Palacio del Pardo.
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