Tercio de varas en una plaza de toros. A la izquierda, varios toreros de a pie se aproximan al caballo con sus capotes, con la intención de sacar al toro de la suerte y realizar el correspondiente “quite”. Detrás, la barrera de madera y mancha oscura del graderío.
Vista de una corrida de toros durante el tercio de varas. En el ruedo se puede ver al picador sosteniendo la embestida de un toro, ante la presencia de dos toreros de a pie. Uno de los toreros se aproxima al picador para sacar al toro de la suerte. La arquitectura de la plaza, con los característicos arcos que dan cabida a las gradas, recuerda a la Real Maestranza de Sevilla.
Escena previa a un paseíllo en la plaza de toros de Valencia. Los diestros se están liando sus capotes de paseo y se tocan con las características monteras de grandes dimensiones, propias de principios del siglo XX. A la derecha hay un caballo de picar, sujeto por la rienda, iluminado con toques de aguada.
Composición en la que se pueden ver diferentes personajes y escenas de temática taurina, como un torero que porta en su mano la muleta, una suerte de varas, un torero brindando su toro al respetable, un picador sin peto acompañado por un monosabio que tira del bocado del caballo y una imagen de un torero de perfil. En la parte inferior hay un torero enmonterado, liado con el capote de paseo.
Tres toreros, en los momentos previos al inicio de una corrida de toros, protagonizan este dibujo realizado con lápiz azul. Los toreros se encuentran liándose sus capotes de seda. El que se sitúa a la izquierda ya tiene perfectamente liado el capote, mientras que el que está a la derecha, se dispone a comenzar este rito preparatorio para la lidia.
Dos toreros, uno de frente y el otro de espaldas, ambos con la mano en la frente se protegen del sol que entra desde la bocana que accede al ruedo de la plaza. Ambos toreros llevan liados sus respectivos capotes de paseo y se tocan con la característica montera de principios del siglo XX.
Composición en la que vemos a un picador montado a caballo y a dos monosabios. En el centro se aprecian varios toreros, apenas esbozados, con los capotes de paseo liados al hombro. El dibujo queda encuadrado dentro del marco arquitectónico que conforma la arcada de la plaza de toros, por la que se accede al ruedo.
Dibujo con lápiz azul, dividido en dos partes. A la izquierda se puede ver la imagen de un picador montado a caballo y varias figuras a pie, esbozadas junto al equino. A la derecha hay un busto de mujer que lleva el pelo recogido en un moño. Se trata de un retrato de Clotilde García del Castillo, esposa del artista.
Dibujo a carboncillo en el que se representa a dos toreros de espaldas, con sus capotes de paseo liados y tocados con sus respectivas monteras. La escena representa los momentos previos al inicio del paseíllo. El espacio está esbozado sutilmente con unas líneas que marcan la arcada de acceso a la plaza.
Retrato de estudio de Joaquín Sorolla joven, vestido de torero, correspondiente a su estancia en Roma. El traje de luces que viste Sorolla es el característico de finales del siglo XIX. Las hombreras son de grandes dimensiones con amplios caireles colgando por su perímetro. El vestido está cuajado de alamares que cubren las bocamangas y el frontal del chaleco. La taleguilla se adorna con la característica banda o bordado longitudinal cargado de lentejuelas.