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Bandeja de plata con escenas taurinas

Bandeja de plata de Ramón Espuñes con escenas de Tauromaquia. MNAD Pulse para ampliar

En bandeja de plata. ¡Qué mejor soporte para poder comentar estas dos escenas de la lidia! En la primera, el torero sujeta la muleta con la mano izquierda mientras con la derecha levanta el estoque frente a un toro parado. El torero viste de corto con un coleto o casaquilla, chaleco y calzones por debajo de las rodillas con botones en los laterales, medias con borlas y zapato bajo. En la cabeza, el pelo recogido con una redecilla. En todo recuerda al atavío que puso de moda Costillares en el siglo XVIII, que recogía la tradición castiza de los trajes de fiesta populares y que, con más o menos fortuna y alguna modificación, ha llegado a nuestros días. El dibujo nos muestra al torero en la suerte de recibir, parado, con los pies juntos, echando la muleta abajo para atraer al toro, mientras que el brazo armado se mantiene en alto, aguardando la embestida del astado, que aún no ha arrancado. En esta suerte de matar, el torero debe mantenerse quieto y es el toro el que, con su empuje, se clava la espada.

La segunda escena nos muestra a un picador que lleva un sombrero castoreño con su moña en lo alto. Viste chaleco y casaquilla con hombreras alegradas con caireles y alamares, y un calzón que se anuda con un macho por debajo de las rodillas junto a las medias. Con la mano derecha, sujeta una pica sin cruceta en su extremo, mientras sujeta las riendas con la izquierda. El caballo no lleva ningún tipo de protección para protegerse de la embestida del toro. Antes de que se reglamentara la protección de los caballos, haciendo obligatorio el uso del peto en el año 1928, no era infrecuente que en el tercio de varas murieran corneados varios caballos, y que los picadores perdieran la vida o salieran malheridos durante la lidia.

En algunas bandejas del siglo XIX se encuentran representaciones taurinas que, a su carácter utilitario, añaden un papel de representación como objetos decorativos. Los plateros toman sus modelos de las estampas que con esta temática se difundieron con gran éxito por nuestro país y en el extranjero. Ambas escenas recuerdan las imágenes que grabó Antonio Carnicero en su serie “Colección de las principales suertes de una corrida de toros”. Estas estampas tuvieron tanto éxito que fueron reproducidas e interpretadas en numerosas ocasiones. La aparición de la litografía y su aplicación en la prensa contribuyó a la difusión de los espectáculos taurinos, reproduciendo lances y difundiendo la imagen de toreros convertidos en auténticos ídolos públicos. Un ejemplo sería la revista La Lidia que, desde 1882 hasta 1900, acompañaba sus páginas con cromolitografías de lances de la fiesta. Antes de los futbolistas, los cromos que se coleccionaban eran los de los toreros.

Museo Nacional de Artes Decorativas

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Bandeja de plata de Ramón Espuñes con escenas de Tauromaquia. Detalle. MNAD Pulse para ampliar
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