Cartel anunciador de un espectáculo taurino celebrado en la tarde del domingo veintiuno de diciembre de 1845, en la antigua plaza de toros de la Puerta de Alcalá de Madrid, a beneficio de los Hospitales Generales Nacionales de Madrid.
Desde el punto de vista gráfico, el cartel está ejecutado con diferentes tipografías que individualizan las sucesivas partes del espectáculo, y se adorna con una orla decorativa a base de arquillos góticos.
El festejo comprendía diferentes actos: la función comenzaba con la suelta de dos “valientes novillos embolados” para su lidia por una “brillante cuadrilla de aficionados”. A continuación se daba paso a una escena teatral titulada “Los contrabandistas de Sierra Morena”. En siguiente lugar, se procedería a la lidia de dos toros de las ganaderías de los Duques de Osuna y Veragua y Condesa de Salvatierra por los espadas Julián Casas y Cayetano Sanz. A su finalización, se anuncia la suelta de ocho novillos embolados “para que el público puedan bajar a divertirse capeándolos a su arvitrio escepcto los ancianos y muchachos aquienes se prohíbe para evitar desgracias, bajo la pena que tenga a bien designar la Autoridad (sic)”. Como finalización del espectáculo, estaba prevista la quema de unos fuegos artificiales.
El primero de los matadores anunciados es Julián Casas, conocido como “el Salamanquino”, torero atlético que obtuvo importantes éxitos, especialmente en Andalucía. Hizo también carrera en América, triunfando durante diez años en Perú. Tomó la alternativa en 1847, por lo que, a la fecha del presente cartel, aún no era matador de toros. Se conservan varias imágenes suyas, destacando una interesante litografía realizada por Rojas.
El segundo diestro del cartel es el madrileño Cayetano Sanz, magnífico torero, considerado durante años como la gran figura de la capital. Tomó la alternativa en 1848, de la mano del mencionado “el Salamanquino”. Su elegancia dentro y fuera de los ruedos le convirtió en un personaje popular que fue retratado por artistas y fotógrafos de la época, entre ellos, por el reputado fotógrafo Jean Laurent. Llama la atención, por su curiosidad, una caricatura que del diestro realizó el propio Laurent, en la que se le representa con la cabeza muy alargada, grandes patillas y montera en la cabeza, y que se conserva en el Museo Nacional del Romanticismo, dentro del conjunto “Álbum caricaturas”.
En el cartel se recoge asimismo el desarrollo durante el festejo taurino de una escena teatral o mojiganga titulada “Los contrabandistas de Sierra Morena”. Estas piezas breves, que tienen su origen en el Siglo de Oro, en el que se representaban en el entreacto de las comedias, alcanzaron notable éxito en el siglo XIX. En el primer cuarto de siglo, según Cossío, se generaliza su inclusión como “entremés” en los festejos taurinos, fundamentalmente en las novilladas.
Se trata de pequeñas representaciones inspiradas en temas populares procedentes de obras teatrales o de zarzuela, en las que participaban, disfrazados de personajes históricos o literarios, peones sin cuadrilla o toreros menores, que encontraban de esta forma una posibilidad de seguir en el negocio taurino. Muchas mojigangas tuvieron gran éxito entre el público y se hicieron habituales en los festejos taurinos de la época. Destacan en este sentido “El sultán y las odaliscas”, “El doctor y el enfermo”, “La cueva de Fierabrás”, “La venta de mal abrigo o el robo de la diligencia”, “El diablo cojuelo”, “La redoma encantada” o “Los contrabandistas de Sierra Morena”, que es la que se anuncia en este cartel. Francisco de Goya recoge la representación de una mojiganga durante la celebración de un festejo taurino en una de las estampas de “La Tauromaquia”, fechada en 1814 – 1815.
Museo Nacional del Romanticismo
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