El cartel taurino es, históricamente, el instrumento más característico de la publicidad y propaganda en la fiesta de los toros. Incluso en la actualidad, con la existencia de medios mucho más directos e inmediatos de comunicación con el público, continúa siendo un elemento inseparable del festejo taurino el cartel que lo anuncia.
Vinculado a la Fiesta desde su nacimiento como medio de comunicación social, la historia del cartel de toros es una de las más ricas y evocadoras del cartelismo español, y refleja y documenta tanto la evolución del espectáculo en la plaza como los cambios sociopolíticos de cada momento histórico.
En sus orígenes, desde mediados del siglo XVIII, el cartel taurino es un instrumento visualmente muy sencillo, con un texto resaltado con una orla o cenefa decorativas, que, a semejanza de otros anuncios públicos, siguiendo el modelo de los bandos, anuncia la organización de este tipo de espectáculo y expone las normas que habían de observar público y protagonistas del festejo, en lo que constituye el primer indicio de reglamentación que existe en la Tauromaquia. Con el trascurso del tiempo, el diseño se enriquece con la incorporación de imágenes xilográficas con escenas de la lidia y de sus protagonistas. A finales del siglo XIX, la aplicación de la litografía y la utilización del color permiten una ilustración más vibrante y atractiva, con lo que el cartel alcanza el protagonismo en la publicidad de la naciente sociedad de consumo de masas. La tipología de estas publicaciones conocerá también una importante evolución en relación a sus modelos y tamaños, aumentando paulatinamente sus medidas, siendo muy característico el formato mural de grandes dimensiones.
Con todo, uno de los aspectos más destacados de la cartelería taurina es su valor antropológico, por su capacidad para documentar tanto la evolución de la fiesta, incluyendo una serie de hábitos ya desaparecidos en el ritual propio de la corrida, como las costumbres y comportamiento del público en las plazas. La información contenida en los carteles taurinos nos ofrece una visión de la sociedad de su tiempo. Como apuntó en este sentido Ortega y Gasset, a través del estudio de esta manifestación de la vida cotidiana es posible llegar a una lúcida interpretación acerca de la significación real de las corridas de toros y de su influencia en los modos de ser y de comportarse del hombre y de la sociedad española.
Esta tercera entrega de las exposiciones temáticas virtuales dedicadas a visibilizar la presencia de la cultura del toro, en sus diferentes manifestaciones, en las colecciones de los Museos estatales, tiene como eje temático el cartel taurino. Las piezas seleccionadas para esta sección son dos carteles de 1843 y 1845 de la colección del Museo Nacional del Romanticismo, un cartel de 1889, en formato de abanico, del Museo Nacional de Artes Decorativas y cuatro carteles, de finales del siglo XIX y principios del XX, pertenecientes a la colección del Museo del Traje.