Número de inventario: 45975. Quart (Girona).
Arcilla. 12,5 x 26 x 17,5 cm.
Para la correcta manipulación en el interior de la colmena, resulta indispensable un ahumador. Ello implica una actuación directa sobre los animales, tendente a controlar su comportamiento, que marca la relación de la persona las abejas.
En su interior se introduce hierba o heno seco –o excrementos– y se quema. Al acercar el recipiente a la piquera y a la tapa de la colmena, el humo ahuyenta a las abejas que están en el exterior, y obliga a concentrarse en la parte inferior de la colmena a las que están en el interior. Es entonces cuando se puede realizar la cata sin peligro.
Son muy numerosos los recipientes que se han empleado como ahumadores: cacharros viejos, tejas, botijos rotos…, aunque también existen ejemplos de vasijas realizadas específicamente para ahumar colmenas, como el caso que nos ocupa. Como indican M. T. Sánchez Trujillano y J. R. Gómez Martínez (2001: 45), en Quart y Breda (Gerona), se producen recipientes de cerámica para ahumar a las abejas. En este caso se trata de un puchero de forma globular con un asa cubierta que sirve para proteger la mano. En el otro extremo, un pequeño orificio por el que sale el humo resultante de la combustión.
Desde el siglo pasado, se han abandonado estos ahumadores sustituyéndolos por el ahumador de fuelle.
Pieza donada por Helen M. Knecht-Drenth y Tijmen Knecht.
AGG