Número de inventario: 21632.
Madera, hierro, cuero. Collar: 34 x 23 x 4; cencerro: 15 x 6 x 7 cm.
El cencerro es un elemento identificador del ganado –y, a veces, de perros y otros animales– que sirve, además, de sistema de guía. Su uso, sancionado como obligatorio en ocasiones, ha ido asociado a determinado tipo de animales. Así, los carneros que guían a los rebaños trashumantes llevaban cencerros de gran tamaño (“zumbo” en La Rioja). Su sonido era fundamental, pudiendo pedirse al cencerrero que fabricase todos los del rebaño igual, o diferentes (F. Murillo Mozota, 1981), y el reconocimiento del mismo era algo claro para todos los vecinos, como se deduce de un juicio que citó T. de Aranzadi (1945: 495) o de lo que indicó R. Violant i Simorra (2001: 189) quien señaló que en el Pirineo catalán se reconocía el sonido de los de cada casa.
La venta –además del ámbito local, en el caso de que hubiera cencerrero en las proximidades– se hacía en las ferias, como señalan L. V. Elías Pastor y C. Muntión (1989: 77-79) y otros autores. Los cencerreros leridanos de Pont de Suer iban a todas las ferias de a comarca (R. Violant i Simorra, 2001: 327-328)
Los collares de madera han estado asociados al norte de la Península, en relación con el desarrollo de una “cultura de la madera” que se reflejaba en múltiples objetos hechos de otros materiales en zonas centrales o sureñas de la Península. El cuero ha sustituido a la madera, donde ésta era escasa.
Habría que añadir que el cencerro ha sido centro de prácticas de tipo premonitorio en relación con los cambios de tiempo (J. Garmendia Larrañaga, 1970: 127). Asimismo, se ha asociado a otras prácticas de tipo ritual, utilizándose como recipiente en el que transportar agua bendita o por el que pasar una porción de grano que tenía una función protectora sobre el establo o profiláctica sobre el ganado que lo comía.
JLMC