Número de inventario: 12315.
Hierro. 5 x 25,5 x 8 cm.
Al igual que el freno, pero con un sentido inverso, las espuelas sirven para requerir un esfuerzo concreto, sea éste puntual o mantenido en el tiempo. La actitud de castigo, recurriendo a la violencia física (el acicate, como se puede comprobar en esta pieza, es de un tamaño considerable) puede estar mediatizado por la forma de uso. La contundencia con que se golpee es fundamental y, a veces, ni siquiera es necesario recurrir a picar al animal, bastando sólo con el golpe del pie para que cambie el ritmo de la marcha. En la actualidad, esta espuela carece de las correas de fijación al pie.
Resulta curioso comprobar cómo han existido actitudes contrarias al uso de espuelas en momentos en los que éstas eran algo absolutamente cotidiano. El padre Feijoo se enorgullecía, en el siglo XVIII, de no haber utilizado nunca la espuela –“sino lo muy preciso”– durante sus muchos viajes, como manifestación de su respeto hacia unos animales de los que el ser humano sacaba un beneficio; asimismo, veía con enojo a quienes hacían sangrar a los animales (E. Chao Espina, 1983: 37 y 268).
JLMC