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Colador

Colador

Número de inventario: 15111. Mieres (Asturias).

Asta, madera, crin. Cuerno: 11 x 8; palo: long. 16 cm.

Una de las características fundamentales de algunos de los objetos que los pastores solían realizar con fines funcionales o decorativos, va a ser el empleo de materiales relacionados con su entorno y actividad profesional. De este modo, los cuernos de reses, junto con otras materias también procedentes de animales (huesos, pieles del ganado, crines de los caballos), se convertían en elementos muy apreciados por ellos.

La utilización de los cuernos de reses para la fabricación de las llamadas “cuernas” o “colodras”, fue una constante, siendo numerosos y variados los usos que se dieron a las mismas, como anotamos en la cuerna de ordeño nº 1658 (en el Apartado dedicado a Partes del cuerpo, en esta misma Sección).

En el caso de las cuernas destinadas a servir como colador de leche, se seguía el mismo proceso de limpieza y fabricación que para el resto (mecanismo no muy complicado, y ya comentado el caso de la cuerna de ordeño citada). No obstante, la cuerna-colador iba a carecer tanto de fondo como de tapa, pero en su lugar el pastor colocaba, uno o dos travesaños de madera en el interior de su base, los cuales permitían sostener un grupo de cerdas de crin (extraídas probablemente de las propias caballerías que acompañaban en la trashumancia a los pastores), y que atadas a un palo servían de tamiz o filtro (M. Escortell Ponsoda, 1984: 109).

El uso de coladores tras el ordeño a fin de eliminar las posibles impurezas de la leche, era habitual, pudiendo existir sin embargo otras variantes y tipologías, algunas de ellas específicas de determinadas zonas, como es el caso de la idazkia (del que se muestra un ejemplar en este apartado), un colador con forma de embudo propio del área vasco-navarra, realizado en madera de abedul y cuyo material filtrante solía ser un manojo de ortigas o en su defecto hojas de helecho, copos de lana, etc. (X. Otero, A. Epalza y F. de Leizaola, 1987: 90). R. Violant i Simorra (2001: 362-363) anotó la presencia de este tipo de colador, también en los Pirineos centrales franceses (Lutz).

CHD

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