Número de inventario: 13885. Toledo.
Latón plateado Alt. 150 cm
San Antón es la denominación que en castellano antiguo se refiere a San Antonio Abad, cuya vida fue difundida a partir del siglo XIII por la Leyenda Dorada, y cuya fiesta se celebra todavía el 17 de enero. Desde la Edad Media, San Antón ha sido considerado uno de los santos sanadores por excelencia, tanto que sus poderes curativos no se limitaron al hombre sino que también se hicieron extensivos a los animales: así, ha venido ocupando un lugar destacado entre los santos protectores del ganado, y sobre todo de la especie porcina. De ahí que sea el cerdo uno de los elementos más característicos de su iconografía. En esta vara procesional del siglo XVIII San Antón está representado al modo clásico, como un anciano barbudo vestido con sayal, asociado a la cruz potenzada o tau, y junto al cerdo, uno de los animales domésticos por excelencia en la tradición cultural española.
La presencia del culto a San Antón está documentada históricamente a lo largo y ancho de nuestro país, tanto en núcleos rurales como urbanos. Aunque el cerdo prácticamente ha desaparecido como animal doméstico y, por tanto, como única fuente de alimentación de la unidad familiar que era preciso mimar, las tradiciones en torno a su figura parecen vivir en estos últimos años una nueva “edad de oro”, ya que bajo el patronazgo de este santo eremita se han colocado toda suerte de animales domésticos (perros, gatos, tortugas, hamsters, etc.) y no tan domésticos (por ejemplo, los animales salvajes que habitan nuestros zoológicos). Incluso buscan la protección de San Antón los perros policías. La populosa romería que se celebra en Madrid con motivo de su festividad es un buen ejemplo de la excelente salud que goza la práctica.
MAHF