Número de inventario: 53176. París.
Cobre. 18,5 x 12 x 2 cm.
La pieza es un trozo de chapa rectangular con decoración en relieve que se utilizaba en la cocina.
A la hora de cocinar no podemos olvidar la presentación: de nada sirve haber estado cocinando durante horas si cuando lo presentamos no prestamos el mismo cuidado y la misma intención de asombrar. Pero no sólo en los grandes banquetes y comidas importantes, también, y sobre todo en la elaboración de dulces o galletas para consumo diario se ha intentado que aparte del sabor, la presentación sea divertida, curiosa u original. Dedicándola, sobre todo, a un público más infantil, con la intención de que consuman ciertos alimentos.
El relieve de este molde representa un animal fabuloso, con cabeza y alas de águila y cuerpo de león: el grifo o hipogrifo. Estos animales tienen una naturaleza doble, unas veces se presentan favorables y en otras aparecen como maléficos (A. de Gubernatis, 2002: 35).
Los grifos aparecen esculpidos en muchas iglesias tirando del carro con que Alejandro Magno intentó subir a los cielos, de ahí que en la Edad Media se defina su simbolismo crístico como conductor de almas al cielo. Por otra parte el grifo es emblema de dos de los cuatro elementos: el aire y la tierra y por ello lo es de las dos realezas de Cristo, soberano del cielo y de la tierra (L. Charbonneau-Lassay, 1997: 371).
VSC