Fue construido en el año 1900 como residencia de la noble y rica familia Cantacuzino hasta que fueron expulsados en 1945. En ese año, el ejército soviético de ocupación forzó la situación provocando un golpe de estado que derrocó a la monarquía rumana y estableció un régimen político filosoviético. El Palacio, espectador de la historia de Europa durante el siglo XX, a través de la propia ciudad de Bucarest y de la familia Cantacuzino es, en estos momentos, la sede del Museo de la Música Rumana.