Mallorca
El canto de la Sibila es la entonación de un poema sobre la venida de Jesucristo y el Juicio Final que reproducía las profecías de la Sibila de Eritrea y que, en la actualidad, se interpreta en la noche del 24 de diciembre en las iglesias de Mallorca, durante el oficio de maitines de la vigilia de Navidad. Los protagonistas de este canto son niños o niñas que, vestidos con túnica, capa y tocado, entonan una versión a cappella del citado poema, solo acompañados entre estrofas por un órgano, siendo lo más fiel posible a su origen gregoriano. Durante el canto, van recorriendo la iglesia en procesión el niño o niña cantante junto con dos acólitos con cirios encendidos. Los primeros portan una espada que mantienen erguida delante del rostro hasta que, al llegar al coro, traza una cruz en el aire. El origen de este canto, que se introdujo en Mallorca por la conquista cristiana de 1229, son las dramatizaciones medievales navideñas que se desarrollaban en las liturgias con carácter didáctico. Este rito se sigue escenificando en la mayoría de las 157 iglesias mallorquinas y participan conjuntamente todas las generaciones, adultas y jóvenes, para garantizar su transmisión a la posteridad. Las formas de participación pueden ser bien, desempeñando las funciones de cantores u oficiantes, o bien confeccionando los vestidos y realizando diversas tareas complementarias. La singularidad y relevancia del canto de la Sibila dentro del imaginario colectivo de los mallorquines, su carácter de representación ritual ligada a un tiempo (Navidad) y a un territorio (Mallorca) y la persistencia del elemento medieval hacen de esta manifestación un unicum en su género.