A lo largo de los siglos, las diversas civilizaciones y culturas han empleado papel decorado para distintos fines: como hojas de guardas o cubiertas en libros o folletos; recubrir cajas, baúles, biombos o pantallas y hasta bolsos o agendas; revestir el interior de instrumentos musicales y muebles; e incluso empapelar chimeneas, estantes y determinadas estancias domésticas. Este arte, de origen oriental, durante muchos siglos estuvo rodeado de secretos. Los saberes tradicionales pasaban de padres a hijos y todavía hoy desconocemos muchos de los trucos empleados por sus antiguos fabricantes. Sin embargo, el atractivo estético y las técnicas tan distintas que evidencian tales papeles decorados ponen de manifiesto una ejecución esmerada y un deseo de innovar más que notable.