El estilo Modernista triunfa a fines del siglo XIX y, sobre todo, en los Felices Años 20, caracterizado por el empleo en todas las artes plásticas de las líneas curvas, largas y sinuosas, ornamentada con motivos vegetales y fantásticos.
En éste estilo destacan los anagramas estilizados, los dibujos neogóticos y un nuevo género en auge: los álbumes de fotografía. En las tapas los colores son puros y se juega con las texturas, el relieve, las ilustraciones y los estampados.