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Audiencias

El alejamiento del Nuevo Mundo y la dificultad de las comunicaciones con España plantean la necesidad de implantar jueces que atiendan las apelaciones en suelo americano. En 1511, se dicta la sentencia de los pleitos colombinos que dará lugar a la creación de la primera audiencia indiana en Santo Domingo.

Las Audiencias son instituciones jurídicas de carácter colegiado con facultad gubernativa y con autoridad unipersonal. Las audiencias tienen la función de administrar la justicia entre los habitantes, velar por el cumplimiento de las instrucciones y las ordenanzas dadas por el rey. Además de su carácter consultivo, gozan de jurisdicción civil y criminal, y excepcionalmente, tienen competencias gubernativas y administrativas. La ley permite que sustituyan a virreyes y gobernadores en sus funciones en caso de muerte, vacante o enfermedad.

No todas las audiencias serán iguales. La Recopilación de Leyes de Indias de 1680 distingue tres: virreinal, presidida por el virrey al estar en la capital; pretoriales, encabezada por un gobernador de la provincia; y subordinadas, con un presidente sin potestad política. Su plantilla está integrada por el presidente; un capitán general o civil, según el tipo de audiencia; varios oidores y alcaldes del crimen; uno o dos fiscales; un alguacil mayor; un teniente de gran canciller; y ministros y oficiales necesarios. En el siglo XVIII se agregará el cargo de regente.

La primera audiencia se funda en Santo Domingo (1511), pero al poco tiempo es suprimida. Bajo los reinados de Carlos I y Felipe II las audiencias se extienden por América, asentándose definitivamente la Real Audiencia de Santo Domingo en 1526, y creándose otras, como las Reales Audiencias de México (Nueva España, 1527), de Panamá (1538), de Guatemala (1543), de Lima (Perú, 1543), de Guadalajara (Nueva Galicia, 1548), de Bogotá (Nueva Granada, 1548), de Charcas (Alto Perú, 1559), de Quito (Ecuador, 1563), de Concepción (Chile, 1565) y de Manila (Filipinas, 1583). En el siglo XVII, se repone la Audiencia de Chile denominándose a partir de este momento como Real Audiencia de Santiago (1605) y se crea la Real Audiencia de Buenos Aires (Río de la Plata, 1661), que tuvo una vida corta. En el siglo XVIII, se reinstalará la Audiencia de Buenos Aires (1783) y aparecen la Real Audiencia de Caracas (1786) y la Real Audiencia de Cuzco (1787).

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