Durante el Antiguo Régimen hubo diversos intentos por parte de la Monarquía de llevar a la práctica la publicación de las disposiciones legales, a través de la Gaceta de Madrid y de otras publicaciones periódicas (Correo Mercantil, etc.), a las que se expidieron privilegios de edición. Pese a estos intentos, hasta el reinado de Isabel II no se generalizó la publicación de las leyes en la Gaceta de Madrid y en la Colección Legislativa.