Día Internacional de la Diversidad Biológica

Micro-exposición con motivo del Día Internacional de la Diversidad Biológica

Del 20 de mayo al 14 de julio

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, el pasado 22 de mayo, el Museo de América ofrece hasta el 14 de julio una nueva micro-exposición en tres vitrinas ubicadas en las salas de exposición permanente, en las que rinde homenaje a la biodiversidad a través de representaciones cerámicas de algunas de las culturas más sorprendentes del Perú antiguo. En ellas se recrea el entorno natural, retratando especies como el camarón de río (Cryphiops caementarius) de la cultura Chimú (1000-1470 d.C.), u otros crustáceos, peces, anfibios, aves, mamíferos, frutos y plantas, domesticados o silvestres, con los que convivían los pobladores de estas culturas.

Naturaleza y CulturaSalto de línea Celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica

En el Museo de América queremos ofrecer un homenaje a la biodiversidad a través de representaciones cerámicas de tres de las culturas más sorprendentes del Perú antiguo. En ellas se recrea el entorno natural, insectos, crustáceos, peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, frutos y plantas, domesticados o silvestres, con los que los pobladores de estas culturas convivían a diario.

Aquí podemos apreciar la vasija con aves de la Cultura Nazca (costa sur de Perú, 100 a.C.-700 d.C.), como las que aparecen en bandada pintadas en la vasija central. Estas aves muestran el cuerpo compacto, sin cola, y el pico fuerte adaptado al consumo de semillas, posiblemente se trate de un trompetero (Crepitans sp.) o algún tipo de perdiz (Tinamidae) en la que el pico se vuelve rojo en época de celo.

El venado (Odocoileus virginianus) es representado en dos formas, la hembra, sin cuernos y el macho con la cornamenta, que era apreciado para la caza ceremonial entre los Moche (costa norte de Perú, 100-700 d.C).

También representaron plantas, flores y frutos, como esta realista vasija en forma de guanábana (Annona muricata) de la cultura Chimú-Inca (costa norte de Perú, 1470-1532). En el borde del cuello de la vasija se ha representado la cabeza de un ave. Detalles de monos y aves en asas y cuellos son frecuentes en vasijas contenedoras de líquidos.

Este año el Día Internacional está dedicado al Agua y la Biodiversidad. Una representación de un camarón o langostino (Penaeus vannamei), también tema habitual entre las representaciones Moche y Chimú nos recuerda el conocimiento que también poseían de la fauna marina.

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Salto de línea Las diferentes culturas representan los animales del entorno natural, fijándose en los rasgos principales de cada especie, lo que permite en ocasiones, a pesar del esquematismo, el reconocimiento de la misma y saber así cuáles eran las que tenían mayor valor económico, ritual o mítico en cada cultura.

En tres de estas vasijas Moche (Costa norte de Perú, 100-700 d.C), se muestra la representación de un mismo tipo de ave. En otras imágenes se reconoce a la divinidad principal Moche, Ai-Apaec, con un tumi o cuchillo ceremonial preparada para sacrificarla, lo que sugiere que formaba parte de las ofrendas rituales habituales a esta divinidad.

Sabemos que se trata de un tipo de pato, por la forma del pico plano, y la presencia de una carúncula bien desarrollada sobre éste, aunque la cresta de plumas que se observa en la cabeza sólo la presentan los machos durante la época de celo, lo que sugiere que éste es el momento de captura o de sacrificio. Se trata del pato mudo o almizclero (Cairina moschata) uno de los animales domesticados en la época prehispánica. La inclusión de rasgos específicos indican un intenso conocimiento de la biología de estas especies. En una de las vasijas, el pato alisa las plumas de sus alas, o tuerce la cabeza para dormitar en un gesto característico de estos animales.

El guacamayo (Ara sp.) se criaba en cautividad, como símbolo de prestigio y para contar con plumas de repuesto para tocados y atuendos elaborados con este material a medida que iban dañándose.

El sapo (Bufo marinus) también era frecuentemente representado en la cultura Moche. Se trata de un animal mítico, vinculado con el origen de la agricultura, pero también con el viaje al otro mundo, pues de su piel se extrae la bufotenina, un alcaloide alucinógeno.

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Esta pequeña muestra se resalta el conocimiento de la biodiversidad que poseyeron las antiguas culturas americanas, tanto de especies vegetales como animales, procedentes de los diferentes ecosistemas con los que interactuaban.

Entre los cultivos, destacan las frutas, algunas muy diferentes a las que estamos más habituados. La guaba (Inga edulis) es una larga vaina con semillas recubiertas de una pulpa blanca, dulce y sabrosa. La planta también se utilizaba como vomitivo. En este caso se trata de una vasija de la cultura Chimú (costa norte de Perú, 1000-1460 d.C.)

Diferentes variedades de felinos se representan una y otra vez en las culturas americanas, desde el jaguar –sin duda uno de los animales emblemáticos de América-, hasta el pequeño gato del pajonal, pasando por el puma, el jaguarundi, y otros felinos menores. Aquí se muestra lo que parece un puma (Felis concolor) de la cultura Moche (costa norte de Perú, 100-700 d.C.)

Lechuzas y búhos señorean el mundo de la noche y adquieren diferentes significados en todas las culturas. Los moche los vinculan tanto al shamanismo como a la guerra o el sacrificio de sangre. Se puede reconocer también en la cultura Moche, un búho con orejas (Bubo virginianus) y un pequeño y grasiento polluelo de esta familia, que recuerda otros usos de otras aves, en concreto del gúacharo (Steatornis caripensis) identificadas por primera vez que por Alexander von Humboldt, en 1799, en el valle de Caripe (al norte de Venezuela) y de los que se obtenía aceite. Los guácharos se alimentan de frutos de palmas aceitosas y las crías almacenan elevados porcentajes de grasa, constituyendo una rica fuente de aceite procesado.

Especies aparentemente menores como la araña que aquí se muestra, o el cangrejo jugaron no sólo un papel en la alimentación, sino que protagonizaron ciclos mitológicos en la cultura moche, siendo una de las divinidades principales, frecuentemente en lucha contra Ai-Apaec.

La variedad y el reconocimiento de especies animales y vegetales en estas culturas es asombrosa. La pequeña cabeza zoomorfa representa un león marino (Otaria flavescens) –que muestra pequeñas orejas, a diferencia de las focas, que carecen de ellas-, como siempre, los detalles –bigotes, orejas, forma del hocico- nos permiten reconocer a la especie.