Alcoba, es aposento para dormir, con el techo de bóveda. Alcobilla, el tal aposento, cuando es pequeño. Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, 1611.
La cama se sitúa en una pequeña alcoba, con su dosel, elemento muy necesario para el abrigo, más aun en una ciudad fría como Valladolid.
En la dote de Catalina de Salazar, esposa de Cervantes, aportaba un cielo de cama de anjeo colorado. También mencionan los documentos familiares diversos colchones, de lana y estopa. Era habitual superponer varios colchones delgados, más que uno grueso.
También se nombran en esos documentos almohadas de lienzo, también se usaban varias superpuestas; dos de ellas con tiras de red, quizás refiriéndose al encaje de bolillos; frazadas, mantas, el imprescindible calentador… Aunque las mesillas de noche no existían como tal, en los cuadros de la época vemos arcas o mesitas junto a las camas, donde se deja el necesario velón o candil y también alguna silla para dejar la ropa.
Sus oraciones irían dedicadas a buscar el amparo de san Francisco, del que Cervantes acabaría siendo hermano terciario y que aparece representado en una modesta pintura española del siglo XVII. Como curiosidad, un joven Cervantes ya le dedicó un soneto a San Francisco para acompañar el «Iardin espiritval» de su amigo Fray Pedro de Padilla.Salto de línea