Escritorio

escritorio

Madera (roble, palosanto, pino, boj y quizá nogal), hueso, hierro y materia textil. Primera mitad del siglo XVII

Durante la Edad Moderna, el mueble escritorio o bargueño se empleaba como los cajones de una mesa de despacho y como caja de seguridad. Formado por un prisma recto de base rectangular dotado de asas en los laterales para facilitar el transporte, está cerrado por todas sus caras excepto por la frontal, que se abate y está dotada de una cerradura con escudo de chapa recortada y calada y falleba remachada a la tapa superior. Su estructura responde a un modelo no muy abundante, ya que la sobriedad de su aspecto exterior contrasta con la decoración de su interior.

Al abatir la tapa, se aprecia un frente ricamente ornado con chapas, filetes y taraceas de hueso y palosanto dispuesto de tal manera que da la impresión de tener muchos cajones, en realidad no tantos al agruparse varios en una misma cavidad. Tres pequeñas portadas arquitectónicas o "capillas" del frente están decoradas con representaciones incisas sobre placa de hueso: la Inmaculada Concepción y los apóstoles Pedro y Pablo.

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