Las actividades económicas y políticas, así como la posibilidad de vivir el ideal romántico plenamente, se limitan al mundo masculino. El universo femenino se circunscribe al ámbito doméstico y casi el único objetivo de la mujer es convertirse en una buena esposa y ser la representación de la gran fortuna de su marido.
El arreglo personal constituía una actividad básica a la que se dedicaba mucha atención, procurando estar siempre a la moda. El espejo era el cómplice para conseguir el ideal de mujer sensible, hermosa y frágil que la época exigía.