El traje femenino durante el periodo del polisón se caracteriza por cuerpos ajustados, de marcada cintura, mangas estrechas y faldas largas con sobrefaldas y drapeados recogidos en la parte posterior y sostenidos por el polisón interior. Se combinan diversos tonos de un mismo color, y se adornan con aplicaciones de cintas de pasamanería, borlas y otros elementos hasta ese momento propios tan solo de la decoración de interiores, por eso se conocerá a veces como moda tapicera. El polisón proporcionaba a la mujer una postura forzada al caminar que en su momento se comparó satíricamente con la silueta de las gallinas.