1650-1699
Para velar por la ortodoxia de la fe católica y luchar contra toda herejía o desviación de la misma, el papado creó en la Edad Media el tribunal de la Inquisición. Pero la finalidad del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición española, instaurado en 1478 por los Reyes Católicos, y en vigor hasta 1834, iba más allá; su propósito trascendía el control religioso para abarcar también el político, social e ideológico, en pro de la consecución de la unidad del territorio peninsular bajo la autoridad monárquica (no en vano estaba directamente bajo su poder). La sociedad española moderna se caracterizaba por su complejidad étnica, cultural y religiosa -a pesar de la obligación de conversión a la religión católica de judíos y musulmanes, so pena de expulsión del país- lo que suponía un riesgo para la estabilidad social y política, más aun cuando los judíos conversos gozaban de un poder económico y social cada vez mayor.
Los conocidos como hábitos, de los que el Museo conserva una relevante colección, eran un distintivo de las personas que estaban al servicio del Tribunal del Santo Oficio; estuvieron en uso desde el siglo XVII hasta el fin del mismo. Su principal emblema fue la cruz, símbolo de la Pasión y Redención de Cristo, flanqueada por la rama de olivo y la espada, signos de la misericordia divina y del castigo, respectivamente.
La pertenencia a esta institución suponía cierto prestigio social, por lo que estas insignias llegaron a convertirse en verdaderas joyas.
Inventario: MT096565