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Hostiario

La celebración más importante de la Iglesia Católica es la Eucaristía. Los fieles se reúnen para conmemorar la muerte y resurrección de Jesús a través de la consagración, por parte del sacerdote, del pan como la carne de Jesús y del vino como su sangre. Tiene su origen en la última cena que celebró Jesús con sus discípulos y se celebra desde los primeros tiempos del Cristianismo.

Para el rito de la consagración se utilizan las hostias, hoja redondas y delgadas de pan ácimo o sin levadura. Se hacían en el hostiario o molde de hierro de dos valvas accionadas por una tenaza que solían llevar grabados en una de sus planchas la cruz, el anagrama o Cristo u otros motivos relacionados. Parece ser que su uso está documentado desde el siglo VI o VII. Su elaboración se rodeaba de cierta reverencia y ha estado tradicionalmente vinculado a comunidades religiosas, especialmente de monjas. Sobre las planchas se vertía la masa, que se prensaba y se ponía al fuego hasta que se cocía.

Herramientas similares a esta, pero obviamente sin motivos religiosos, se utilizaban también en la fabricación de las obleas para los barquillos o dulces hechos con una pasta similar pero que incluye además azúcar.

Hoy, en ambos casos, esta delicada elaboración artesanal ha cedido el paso a la fabricación masiva en máquinas.

Inventario: MT020520

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