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Cruz de Caravaca

Ca.1750

La religión cristiana está basada en la vida y las enseñanzas de Jesús de Nazaret y es la que cuenta con mayor número de adeptos en el mundo. Su emblema es la cruz, que representa la muerte y resurrección de Jesús para redimir a la humanidad, hechos que fundamentan la fe del creyente. La cruz aparece representada en un contexto cristiano desde el siglo IV. Pero también es un símbolo que encontramos -evidentemente con otros significados- en otras religiones.

La colección comprende ejemplares de cruces y crucifijos (cruz con la imagen de Jesús crucificado) elaboradas en distintos materiales (madera, bronce, plata, nácar, coral...) que se remontan al siglo XVIII; la mayoría son de pequeño tamaño y se llevarían colgadas.

Entre ellas se distingue el tipo de Cruz de Caravaca, basado en la que se venera en la Santuario de la Vera Cruz en Caravaca de la Cruz (Murcia). Se trata de una cruz relicario de un trozo del madero en el que, según la tradición, murió Jesús y que llegó al mismo de forma prodigiosa, acontecimiento al que hace referencia su iconografía. La devoción a esta cruz se extendió desde entonces y traspasó las fronteras peninsulares; también las de la doctrina de la Iglesia y su uso se difundió como amuleto protector contra distintos fenómenos, como la rabia, el rayo o el fuego. Constituye así un ejemplo de sincretismo entre las prácticas y creencias religiosas católicas y las que se sitúan al margen de la misma pero que estaban presentes con gran fuerza en la cultura española desde tiempos remotos.

Inventario: MT001874

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