ca. 1934
Lizarta, Guipúzcoa
El culto a las personas que nos dejan está presente en muchas culturas, así como la creencia en la vida ultraterrena. El sentido de la muerte es una de las cuestiones vitales que se ha planteado siempre el ser humano y que subyace entre las motivaciones que han propiciado el surgimiento de las religiones.
Esta pieza estaba en relación con la celebración del Día de los Difuntos y consistía en una tabla de madera, que podía adquirir diferentes formas, en la que se enrollaba una vela y se colocaba encendida sobre la tumba de la persona difunta mientras duraba la celebración. Este tipo es característico de algunas zonas del País Vasco y Navarra, pero los cerilleros de difuntos, objetos similares con la misma finalidad, se han usado también en otras zonas del interior peninsular como Guadalajara.
La luz es un elemento cargado de simbología en todas las culturas, asociado sobre todo a la vida, la revelación o la presencia divina. La ofrenda de luz a los muertos es una tradición secular que tiene la finalidad de servir de guía al difunto o de reflejar su alma para recordarle.
Inventario: MT001368