Atribuida a Pedro de Mena
1646-1688 (Barroco)
Tallado, estofado y policromado de la madera
79 cm x 69 cm x 29 cm
Nº Inv. 20032
En esta escultura, atribuida al escultor granadino Pedro de Mena y Medrano (1628-1688), uno de los referentes de la escultura barroca española, la virgen es representada de pie, con las manos juntas en actitud orante y se apoya sobre una nube con querubines de la que salen a los lados, los cuernos de la luna. El pedestal de rocalla sobre el que se yergue la escultura, es posterior, del siglo XIX. En esta escultura, destacan la finura de sus perfiles, la policromía empleada con colores en fuerte contraste y el realismo de las encarnaciones aplicadas al rostro.
El tema de la Inmaculada Concepción es uno de los más populares y frecuentes de la escultura religiosa del siglo XVII. La manera de representar la Inmaculada dentro de la tradición pictórica y escultórica está marcada especialmente por los elementos establecidos por el pintor Francisco Pacheco (1564-1644), quien la describe como una “hermosa niña, en la flor de su edad”, vestida con una túnica blanca y un manto azul y una luna a sus pies.
Pedro de Mena al igual que sus contemporáneos sigue este modelo y lo adapta al tipo creado por el pintor y escultor Alonso Cano (1601-1667), del cual fue discípulo. En plena madurez artística, Pedro de Mena crea una serie de inmaculadas repartidas por varios puntos de la geografía, que no variará exceptuando los adornos escultóricos que las acompañan.
Esta Inmaculada, fue adquirida por el propio pintor en 1917 en Granada y se encuentra actualmente expuesta en la sala III, en el taller-estudio del pintor Sorolla.
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