Según se ascienden las escaleras de la Sala X, lo primero con lo que se encuentra el visitante es con tres salas (salas IX, VIII y VII) dedicadas a la cerámica romana. Más particularmente, la Sala IX se dedica a la cerámica común romana, mostrando, en la Vitrina I, ejemplares propios del ámbito de la cocina y del servicio de mesa, y en la Vitrina II, una selección de piezas asociadas al ámbito funerario, religioso o lúdico, junto a algunas cerámicas pintadas de tradición indígena. En la Vitrina I de la Sala VIII se presenta la más característica de las producciones cerámicas romanas, la conocida como terra sigillata, organizándose las piezas en función de su lugar de manufactura (Italia, Francia, África y España). En la Vitrina II se pueden contemplar otras dos manifestaciones de la cerámica de lujo romana, como son las “paredes finas” y las terracotas. Y finalmente, la Sala VII se centra de un modo exclusivo en las lucernas o lámparas de aceite.
La Sala VI, en consonancia con la temática de la Sala VI de la Planta Baja, tiene como elemento principal la recreación de un columbario, uno de esos enterramientos colectivos en forma de paramento con nichos en los que se acogían las urnas cinerarias de los difuntos.
Tras este lapso temático, la Sala V retoma el contenido tipológico, ahora a través de la industria del hueso. En el Expositor I se agrupan los objetos para el tocado femenino, mientras que en el Expositor II se muestran otros útiles de hueso, tales como agujas de coser, fusayolas y husos para hilar, mangos de cuchillos, cucharillas, etc. Especialmente relevante resulta la pieza albergada en el Expositor III: se trata de un díptico consular, un tipo de objeto en forma de librito con hojas de marfil, por medio del cual diversas autoridades de la Antigüedad tardía anunciaban por todo lo ancho del territorio del Imperio su reciente designación.
La Sala IV se dedica al vidrio romano. En relación con los adelantos llevados a cabo en la fabricación del vidrio durante el periodo romano, así como con la posible existencia de una producción local en Augusta Emerita, la Vitrina I exhibe una significativa muestra de los tipos más comunes en el contexto de las producciones emeritenses (ungüentarios y botellas cilíndricas y cuadradas sobre todo). La Vitrina II, presenta algunas piezas importadas que constituyen los ejemplares más señalados de las colecciones del Museo.
La importante colección numismática del Museo se halla repartida entre la Sala III y parte de la Sala II. La primera de estas salas, a través de sus dos vitrinas, ofrece un recorrido por la historia política de Roma, desde finales de la República hasta la Antigüedad tardía, por medio de las monedas emitidas durante este largo periodo de tiempo. La siguiente sala expone a través de una única vitrina varias emisiones de la ceca emeritense, entre las que sobresalen las que representan las antiguas puertas dobles que daban acceso a la ciudad. Dos expositores completan la Sala II con una temática próxima a la de la numismática: la joyería. Salto de línea