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Recorrido sugerido

La exposición permanente del Museo Nacional de Arte Romano se estructura en tres plantas: baja, primera y segunda. Cada planta a su vez se divide en diez. En la planta baja, las salas se distribuyen a izquierda y derecha de la mencionada nave: a la izquierda por medio de unas celdillas elevadas donde se exponen sobre todo piezas notables de gran formato, y a la derecha por medio de largos corredores, unidos entre sí al fondo por una galería. La numeración de las salas viene indicada al inicio de cada uno de estos corredores. El resto de las plantas se desarrollan sobre el espacio de la derecha, y su recorrido idóneo es el siguiente: en la primera planta siguiendo de modo inverso la numeración de las distintas salas (IX, VIII, VII…), y en la segunda, retomando el orden lógico de la numeración.

La planta baja desarrolla un contenido temático, la primera expone piezas de pequeño formato ordenadas por tipologías, y finalmente la segunda retoma la ordenación temática. Abiertas tanto a la nave central como a un pequeño espacio en forma de patio que atraviesa en sus tres alturas cada sala, desde ellas se pueden observar algunos mosaicos que, debido a su enorme formato, se han dispuesto verticalmente en los referidos patios. Las distintas plantas se conectan entre sí por medio de escaleras situadas al comienzo y al final de cada una, así como por un ascensor ubicado al comienzo de la nave.

La visita a la Cripta del Museo, al estar al margen del contenido de las salas, puede realizarse bien antes o bien después de su contemplación, aunque se recomienda efectuarla primero. De igual modo y tras salir de la sede principal sugerimos visitar la Colección Visigoda instalada en la Iglesia de Santa Clara, que entronca con el contenido de la Sala VIII de la Planta Segunda.Salto de línea

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