Sólo en el Museo hay más de 500 inscripciones de época romana. Como sucede con la escultura, la hay pública y privada. Quizá la más llamativa sea la primera, con menciones a la edificación, ornamentación o reforma de diferentes edificios de la ciudad, en especial los de espectáculos.
En el caso de las inscripciones privadas, la mayoría se vinculan por contraste al mundo funerario, realizándose sobre muy diversos soportes (lápidas, estelas, monumentos…) e incluso acompañándose en ocasiones de ciertas imágenes en relieve, sobre todo retratos de difuntos.