Hay hilos invisibles que cruzan el tiempo y lo transforman. Chillida lo supo bien: su atenta mirada se encontró con la escultura del Barroco en el tratamiento del vacío, la materia y el gesto. Este verano, el Museo Nacional de Escultura te propone una programación cultural que bebe de estas afinidades silenciosas: el hierro y la madera, lo barroco y lo contemporáneo o la mística de Santa Teresa y el peso sereno de la tierra.
A través de visitas, poesía, música, danzas y ceremonias ancestrales te invitamos a transitar este cruce de caminos y descubrir lo que ocurre cuando una talla de Juni se refleja en el hierro tensionado.