La faceta de coleccionista de Manuel González Martí fue muy importante en su vida y desembocaría, finalmente, en la fundación del Museo Nacional de Cerámica.
Hacia 1895 comenzó a adquirir azulejos, inspirado por su profesor, D. Mariano García Mas, escultor, dibujante y coleccionista de antigüedades.
Su primera adquisición fue la cruz de pavimento de la Iglesia de los Dominicos de Llutxent , entonces abandonado y en derribo tras la desamortización. Para incrementar su colección, contaba en Manises con un maestro de obras, quien se convirtió en su principal proveedor de cerámicas y azulejos
En 1909 la colección de González Martí era ya considerable, como prueba el hecho de que prestara numerosas obras a la Exposición Regional Valenciana y a la Exposición Nacional del año siguiente, en la sección de Arte Retrospectivo.
La colección reunida por González Martí y Cuñat y Monleón era visitada como el Museo de Cerámica de Valencia en los años veinte y treinta, ante las muchas solicitudes que les llegaban y que complacían a sus propietarios. La generosidad de la pareja hacía que su “museo privado ” fuese casi de disfrute público entre su círculo vecinal y amical.
En diversas fotos podemos ver como su colección se incrementa paulatinamente en la instalación que poseía en el palacete Barberá . Sin embargo, la guerra civil truncaría su desarrollo, ya que su casa, su biblioteca y la colección fueron incautadas, perdiéndose para siempre algunas obras muy admiradas.
Ya en los años 40 su actividad se centraría en hacer realidad la creación del Museo Valenciano de Cerámica, dirigiendo todos sus esfuerzos hacia ello.
Al no tener descendencia, González Martí y Amelia Cuñat ya habían decidido tiempo atrás hacer donación de toda su colección de cerámica, pintura, muebles, grabados y abanicos. Pero esa donación estaba condicionada a que sus fondos no salieran nunca de Valencia.
Así, el 7 de de febrero de 1947, se creó por decreto el Museo Nacional de Cerámica, del cual el fundador fue designado director vitalicio. Según la prensa de la época, la colección constaba de 6.000 obras, entre las que se encontraba un importante elenco de azulejería y cerámica medieval, así como un numerosísimo conjunto de reflejo metálico de los siglos XVII y XVIII, azulejería del siglo XVIII y lozas populares del siglo XIX.
Desde el museo, González Martí se preocupó por incrementar enormemente esos fondos de partida recibiendo donaciones y depósitos de particulares e instituciones. Junto a ello también ingresaron múltiples objetos personales del matrimonio, como recuerdos de su larga relación con la Escuela de Cerámica, muebles, abanicos y una gran colección de pintura y grabado, así como su biblioteca.
A partir de ese momento su vida se concentró en asegurar el futuro del Museo de Cerámica y del Museo de Bellas Artes, planificando diversas actuaciones de mejora de las instalaciones.
Finalmente, González Martí consiguió que el Ministerio de Educación Nacional adquiriera el Palacio del Marqués de Dos Aguas como futura sede del Museo de Cerámica, donde se instaló en 1954.Salto de línea Desde ese momento el Museo pasó a ser el centro de su vida, batallando año tras año en continuas reformas de instalaciones y ampliaciones, recibiendo cientos de donaciones y publicando, además, innumerables trabajos sobre sus fondos, sobre las personas donantes, sobre las nuevas salas y sobre sus memorias durante veinticinco años.Salto de línea Salto de línea En 1952 llegó la adquisición formal del Palacio de Dos Aguas por el Ministerio de Educación Nacional y en 1954, ultimados los trabajos de restauración, se preparaba el traslado de los bienes a su nueva sede.
Así pues, con la adquisición del Palacio por el Estado para instalar el Museo Nacional de Cerámica, se consiguió la creación de un Museo de Cerámica en Valencia y la salvación del Palacio de Dos Aguas para el disfrute de la ciudadanía valenciana y las personas visitantes.Salto de línea
Uno de los mayores orgullos del Museo Nacional de Cerámica es el arraigo que tiene en la sociedad valenciana, fruto de lo cual son las múltiples donaciones que ha ido recibiendo. Cabe señalar, que por parte del centro se ha procurado siempre completar las colecciones en las que existían lagunas, o tener representaciones de cerámica de otras zonas españolas, además de la valenciana.
El fondo constitucional del museo es la colección de cerámica, parte del mobiliario y otros bienes del matrimonio donante. Durante los años que Manuel González Martí estuvo al frente del Museo inició una amplia labor de captación de obra mediante donaciones, legados o depósitos. Pero no se limitó a recopilar obras cerámicas, sino que también abarcó campos como la indumentaria, la pintura, la bibliofilia, las artes gráficas, la escultura, el mueble, etc. Por este motivo el 9 de octubre de 1969, según el Decreto 2.517/1969 se adoptó el nombre de Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias.
En lo concerniente a las cerámicas, destacan las piezas medievales de Paterna o Manises, decoradas en estilo verde y negro, azul o en reflejo metálico, procedentes en su mayoría de la colección del Ayuntamiento de Valencia y de la formada por Manuel González Martí y Amelia Cuñat y Monleón. González Martí fue descubridor en 1907 de las ruinas de los alfares medievales de Paterna. También son muy importantes el conjunto de azulejos medievales valencianos y el de "socarrats", o placas de techo decoradas, provenientes en su mayoría de las colecciones anteriores.
Entre los fondos de azulejería encontramos siete pavimentos completos, además de los del Palacio, un gran conjunto de paneles valencianos de los siglos XVIII y XIX y la colección de azulejos de D. Francisco Aguar. Además, otra colección de gran volumen es la de cerámicas de reflejo metálico de los siglos XVI al XVIII. Esta está formada por los fondos del matrimonio de Manuel González Martí y Amelia Cuñat y Monleón, juntamente con el legado de Juan Stingo Carbonell. La colección de cerámica se completa con la donación de cerámica oriental que hizo el matrimonio holandés formado por Timothy Knecht y Helen Drenth, y pequeñas donaciones como las placas de Alcora, adquiridas para el Museo por la Caja de Ahorros de Valencia o el lote que Picasso dedicó al Museo en 1954. Una de las últimas donaciones fue la de la colección de cerámica moderna y contemporánea del coleccionista alemán Adolf Egner en 2006.
Cabe destacar que a pesar de no ser un museo de pintura, ha ido reuniendo por diferentes motivos una inestimable colección, en unos casos por voluntad de su fundador y en otros por legados de diferentes artistas o particulares. González Martí empleó muchos de estos cuadros para dar ambiente a las salas, que contenían cientos de objetos, sin embargo en otros casos se dedicaron espacios única y exclusivamente a ciertos pintores como Benlliure, Pascual Capuz, Ricardo Verde o Antonio Esteve, siendo el conjunto de pintura más importante el de Pinazo Camarlench, que consta de cuadros de diverso formato.
El Museo cuenta asimismo con fondos de indumentaria, fruto de numerosas donaciones.
La indumentaria femenina fue objeto de una publicación que recogía todas las prendas femeninas existentes hasta entonces en el museo. Entre la indumentaria masculina destacan algunos chalecos y casacas de seda del siglo XVIII, así como vestiduras litúrgicas y trajes militares o de torero y algún que otro disfraz.
Con muchas de estas prendas se montaron en el pasado unos maniquíes en los que no solo se exhibían los trajes sino también complementos como abanicos o sombrillas constituyendo un “museo de indumentaria” dentro del Museo. Pero estos montajes desaparecieron hace tiempo debido al deterioro que sufrían las prendas debido a los problemas ocasionados por los factores ambientales de luz o polvo que deterioraban notablemente los tejidos. Se optó entonces por ir publicando los fondos en catálogos y organizar su presentación en exposiciones temporales.
Ligado al tema de la indumentaria está el de joyería, tanto del ajuar tradicional de valenciana como de tipo internacional además de otras piezas de orfebrería, especialmente religiosa.Salto de línea
Existen otras colecciones heterogéneas como las antiguas carrozas de los Marqueses de Dos Aguas o la del Marqués de Llanera, que es una donación, así como parte del mobiliario originario del Palacio (Sala de Baile, Sala de Porcelana, Sala Oriental y Sala de la Virgen). También se conservan objetos familiares de los Benlliure, de Carmelo Vicent, Salvador Giner y del matrimonio Lauri Volpi y María Ros, así como bocetos de carteles y grabados de Luís García Falgás y Luís García Oliver, Salvador y Pascual Capuz, objetos de Vicente Blasco Ibáñez y la colección de ex-libris de Agustín Arrojo Muñoz.
Por último, cabe mencionar la biblioteca, que conserva el archivo y biblioteca de Manuel González Martí así como la de Mario Blasco, donación de su viuda Doña Elena Morote.
Descarga la línea del tiempo publicada con el motivo del 140 aniversario del nacimiento del fundador del museo, Manuel González Martí (1877-1972), y del 70 aniversario de la creación del museo en 1947.