N.º inv.: CE4/00345 y CE4/00346
Flanqueando la entrada del café valenciano El León de Oro se encontraba este óleo sobre tela del pintor Emilio Sala (1850-1910) que representa una alegoría de La Primavera, formando pareja con el lienzo análogo que representaba El Otoño.
La Primavera representa una hermosa muchacha en medio de un jardín, con árboles frutales y rosaledas. La joven dirige directamente la mirada al espectador pero, al ser cegada por el potente sol, se ve obligada a protegerse los ojos con la mano. Este gesto es un recurso empleado por Joaquín Sorolla en muchas de sus obras y pudo ser aprendido a través de la contemplación de esta obra de Sala, ya que Sorolla frecuentaba El León de Oro, lugar en el que este lienzo se podía contemplar.
El Otoño se trata de un lienzo especialmente interesante pues en él, Emilio Sala, demuestra una clara influencia de la pintura preciosista de Fortuny y supone un ejemplo muy temprano de la fascinación luminista de muchos artistas valencianos, de la que Joaquín Sorolla es el principal exponente. El lienzo representa una hermosa muchacha paseando por el campo que se entretiene recogiendo flores. La joven, con dulce gesto, dirige directamente la mirada al espectador y es un buen ejemplo de la visión amable y suave de la feminidad por la que generalmente se decantó Emilio Sala en sus obras.
El Museo Nacional de Cerámica conserva cuatro lienzos de Ignacio Pinazo que decoraban también el café “El león de oro”. Están expuestos en la Sala Pinazo.
Piezas expuestas en el Fumoir, primera planta.