El transporte por mar es más rápido y más barato que el terrestre. El comercio marítimo a gran escala lo realizan los navicularii, propietarios de los barcos, con representantes en los grandes puertos. Otras profesiones relacionadas son los negotiatores, mercaderes especializados como los frumentarii (de grano) o los vinarii (de vino). La actividad comercial está regulada por la ley y existen impuestos específicos para el tráfico de mercancías.Salto de línea En los grandes puertos se agrupan las mercancías llegadas de diferentes puntos y, desde aquí, se fletan de nuevo barcos hacia otros puertos secundarios, generalmente mediante rutas de cabotaje. De esta forma se redistribuyen las mercancías de los diferentes puntos del Mediterráneo por todo el territorio.
En época republicana, Grecia, Cartago y otras zonas del Mediterráneo mantienen fructíferas relaciones comerciales, y son especialmente apreciados los productos como el vino griego y massaliota o las salazones del sur de Hispania y del norte de África.
En época imperial, el Mediterráneo es un gran mercado por el que transitan productos de todo el Imperio. El comercio se produce sobre todo desde las provincias a Roma. Abunda el vino galo e hispano, el trigo egipcio, los tejidos orientales, el aceite producido en el valle del Guadalquivir, las salazones del área del Estrecho, los mármoles y las piedras duras lujosas para la construcción de edificios públicos, las especias, los esclavos... Se explota oro, estaño, plomo y plata.
Hojas de sala: