Columna derecha
Ud está aquí:
  1. Inicio
  2. Colecciones
  3. Yacimientos
  4. Nuestra Señora de las Mercedes

Volver

Nuestra Señora de las Mercedes

Catalogación y estabilización de las piezas numismática de la fragata ‘Mercedes’ en el ARQUA

En 1802, España, Inglaterra y Francia firmaron la Paz de Amiens, tras un largo periodo bélico, este momento fue aprovechado por España para que en octubre de 1802, la Secretaría de Estado y de Despacho de Hacienda diera orden de reunir los caudales retenidos hasta ese momento en los virreinatos de ultramar en los últimos años para ser enviados a la Península.

En junio de 1803, y tras recoger lo encomendado en el puerto de Lima, salieron rumbo a Montevideo, de donde la escuadra saldría posteriormente para Cádiz. Sería en este momento donde La Asunción, que sufrió varios daños sería sustituida por La Medea, tras lo cual, en agosto de 1804 partieron finalmente hacia Cádiz desde Montevideo la Clara, la Fama, la Medea y Nuestra Señora de las Mercedes.

Tras una navegación tranquila, con tan sólo con algunos problemas derivados de unas fiebres que atacaron a la tripulación, y cuando sólo quedaba un día de navegación para llegar a Cádiz, la escuadra española fue alcanzada por una escuadra inglesa, comandada por el Comodoro Graham Moore y constituida por la Indefatigable, Lively, Amphion y Medusa. Tras un breve parlamento, la escuadra inglesa comenzó el ataque ante la negativa española de entregarse, pues se encontraban en un momento de paz, y por tanto los ingleses no tenían derecho al ataque. A los cinco minutos de comenzar la batalla, un cañonazo fue a dar a la santabárbara de la Mercedes, lugar donde se guarda la pólvora, lo cual provocó que estallara y se hundiera. Tras esta pérdida por parte de la escuadra española, y a pesar de que la batalla continuó un tiempo más, finalmente el resto de fragatas españolas fueron apresadas y llevadas al puerto de Plymouth, donde los caudales que llevaba fueron requisados por Inglaterra.

Finalmente la tripulación y oficiales fueron liberados y el Estado Español indemnizó a los particulares que embarcaron bienes en las fragatas.

Doscientos años después, el 18 de mayo de 2007 la empresa norteamericana Odyssey Marine Exploration anunció en los medios de comunicación que había transportado un cargamento de monedas, unas 500.000 de oro y plata, a los Estados Unidos pero sin dar ningún tipo de información sobre la identidad del pecio del cual procede esa extracción o la localización exacta del mismo.

El Gobierno Español, ante la sospecha de que se pudiera tratar de un buque español, debido al lugar en el que la empresa había estado trabajando, y por el contenido del cargamento publicado, decide emprender una batalla legal contra la empresa cazatesoros en los tribunales de Estados Unidos, en primer lugar, al tribunal de Tampa, donde la empresa había llevado el cargamento.

Finalmente, el 14 de febrero de 2012, los tribunales estadounidenses dan la razón definitiva al Estado Español . Se puso entonces en marcha el operativo para devolver el cargamento a España, tras lo cual el cargamento, de unas 14 toneladas de peso, era trasladado por dos Hércules del Ejército del Aire y aterrizaban en España el 25 de febrero de 2012 y el 2 de diciembre de ese mismo año, el cargamento era depositado definitivamente en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, designado depositario del cargamento definitivo por Orden Ministerial.

La fragata Mercedes transportaba en sus bodegas, según se recoge en el Estado de los caudales, frutos y efectos registrados por los contadores de la Real Aduana de Lima, cerca de dos millones de pesos entre moneda y pasta de plata y oro:

  • 972.480 pesos amonedados, de los cuales 5.809 eran monedas de oro.
  • 950.621 en pasta de plata y 415 castellanos de oro.
  • A través de los registros de la Real Aduana de Lima, conocemos con detalle el resto de productos y mercancías que embarcaron en la fragata:
  • Un cajoncillo triplicado de las partidas de oro y plata acuñadas en la Real Casa de la Moneda de Lima en 1803.
  • 403 barras de cobre y 1.964 de estaño.
  • Dos cañones de bronce inútiles.
  • Junto a los caudales del Rey y de particulares, navegaban otros productos a destacar por el valor que tenía en aquel momento para la medicina. Se trata de la cascarilla, planta de donde se extraía la quinina necesaria para la elaboración de medicamentos contra enfermedades como la malaria. Mucho menos común, pero no menos importante, es el envío de extracto de ratania, planta medicinal que, por su alto contenido en taninos, es un poderoso astringente y antiséptico. El envío iba dirigido a Hipólito Ruiz, botánico de origen burgalés que introdujo el uso de este medicamento en Europa.
  • También se habían embarcado diversas cantidades de lana de vicuña, pieles de diversos animales como chinchilla, guanaco, zorrillo, tigre o leopardo, así como de leones y lobos marinos.
  • Entre otros productos registrados se pueden señalar algunos como un juego de cubiertos compuesto por dos cucharones, una mancerina para tomar chocolate, un candelerito y doce cucharitas de plata labrada; un tejo de oro (similar a un lingote, aunque plano y ligeramente curvo); o un cajón forrado de cuero que contenía, entre otros objetos, un almirez de oro.
Subir