Estamos ante un plato de cerámica de los siglos III al II a.C., es bastante plano, con tan solo una ligera curvatura hacia el borde, que ha sido decorado sumergiéndolo en barniz de color negro pero con matices e irisaciones azuladas, mostrando una gran calidad. En su cara interior, concretamente en el fondo, está decorado con palmetas colocadas de forma radial, y tres líneas realizadas a ruedecilla a modo de estrías. Salto de línea