Hasta el momento, en la Mercedes se han encontrado tres monedas macuquinas (NSMS-5164, NSMS-5165 y NSMS-5166), que constituyen la excepción al sistema de fabricación mecánica empleado en el resto del cargamento.
Son piezas acuñadas manualmente a martillo sobre cospeles irregulares, cortados a tijera, de espesor, módulo y peso variables. Dejaron de producirse gradualmente a partir del segundo tercio del siglo XVIII, cuando las Ordenanzas de 1728 decretaron la mecanización de las casas de moneda y el cambio de tipología, hasta entonces consistente en la cruz de Jerusalén, coronada y cantonada de castillos y leones, en el anverso, y las columnas de Hércules coronadas sobre ondas marinas, con el mote Plus Ultra, valor, fecha y marca de ceca en el reverso. La lenta introducción de la maquinaria en las colonias americanas prolongó su emisión hasta 1773, de manera que las macuquinas son muestra de una circulación residual, en la que el valor intrínseco de la plata nunca se desprecia.