Ancla de hierro forjado procedente de una de las dos fragatas naufragadas en la costa este de Estados Unidos, entre los siglos XVIII y XIX.
El Juno y la Galga, formaban parte de las escoltas transoceánicas que España mantuvo desde el siglo XVI hasta la independencia de América para sus galeones mercantes. El Juno, hundida debido a una tormenta en 1750 y la Galga, perdida mar adentro tras zarpar de Veracruz, fueron expoliadas en el siglo XX por la empresa cazatesoros Sea Hunter. Tras un largo pleito, un tribunal estadounidense reconoció los derechos legítimos del reino de España sobre ambos navíos en el año 2000.