Sin duda el estreno el pasado 11 de julio de la nueva web del MNA y la actividad constante en la página de Facebook, la única red social en la que está el museo, pero en la que está con implicación, intensidad y coherencia, han venido a reforzar la tendencia de los últimos años al incremento del número de visitantes en sus salas y, por extensión, del número de personas que están pendientes de lo que el museo les puede ofrecer, es decir, han venido a reforzar tanto su notoriedad y su visibilidad como centro cultural como la fidelidad de su público, algo de lo que sabemos que hasta hace poco, gracias a los estudios del Laboratorio de Público, adolecía el museo. Ahora ese público lo percibe como un museo dinámico, con una oferta variada que se renueva constantemente, en el que merece la pena repetir porque no es “un museo para ir sólo una vez en la vida”.
Y es que el pasado mes de octubre el museo superaba las 8.000 visitas, fijando un nuevo récord mensual, casi en un millar superior al anterior, precisamente de octubre de 2015, el mes reiteradamente con más visitantes del año porque coinciden el comienzo de las visitas escolares, el estreno de la exposición temporal de la temporada otoñal, que procuramos que sea siempre una de las dos o tres que han de “marcar” la programación anual, y la celebración del día 12. Si a eso sumamos que este año el día de la fiesta nacional llovía, que abrimos por la tarde y que caía en miércoles, obtenemos las más de 1.700 personas que entraron en nuestro pequeño edificio sólo a lo largo de esa jornada.
Pero no es “flor de un día”. El crecimiento es constante, no muy rápido pero sostenido. Lo preferimos así, para que también sea sostenible. Ya podemos afirmar que acabaremos el año con más de 72.000 visitas, lo que habrá supuesto un crecimiento anual del 16 %, del 41% si nos remontamos tres años, del 67% si lo hacemos seis... (consulta las cifras de visitantes en el siguiente enlace ). Y con más de 15.000 “me gusta” en Facebook , un 50% más que hace sólo nueve meses, cuando celebrábamos los 10.000.
Este año, además, hemos logrado reducir mucho el descenso de visitas en los cuatro meses veraniegos, fuera de la temporada escolar, gracias a la afluencia de un público que hasta ahora escaseaba en el MNA: los turistas. Creemos que ha sido gracias a la combinación de pequeños detalles: la mejora de las condiciones ambientales dentro del edificio merced a la reforma de la cubierta y a pequeños ajustes de los climatizadores, una vez más la programación de temporales renovadoras como Interculture y muy atractivas como Los colores del ártico -y que tanto la gráfica como el catálogo de ésta estuvieran en español e inglés- y, en general, la mejora de la comunicación y la imagen exterior que ha supuesto la nueva web, entendida como el reflejo virtual y coherente de lo que pasa en el museo, de sus nuevas apuestas, de su evolución como museo comprometido y social.
Porque sobre todo creemos que el motor de este aumento de su relevancia y de la participación social es el trabajo de fondo en la renovación de su identidad, de sus valores, de su finalidad, algo que es percibido por el público y sin lo que toda la actividad cultural y todo el esfuerzo comunicativo aparecerían huecos y poco “sinceros”.