La conocida popularmente como “Encuesta del Ateneo” fue promovida, en 1901-1902, por la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, y se centraba en las costumbres de nacimiento, matrimonio y defunción en el marco de toda España.
Al hilo de las cuestiones que se suscitaban en el amplio Cuestionario que fue enviado a todo el país, en las respuestas devueltas aparecen, junto a la contestación centrada en la pregunta, múltiples aspectos que son susceptibles de ser destacados y analizados transversalmente. Temas como la situación social de la población, el cambio histórico o la ortodoxia/heterodoxia de las prácticas reflejadas son motivos recurrentes que se mencionan de forma expresa en los textos enviados.
A través de la lectura de sus fichas se aprecia la distancia entre el inicio del siglo XX y la actualidad a la vez que se aprecian situaciones que repiten esquemas. Vemos un país en el que había territorios con dificultades de comunicación y ciudades con una relación directa con lo que sucedía en la Europa más adelantada. Una duplicidad que mostraba claramente distintos ritmos de adaptación a los cambios económicos, sociales y, en general, a los cambios culturales. Algo importante cuando se habla de comportamientos que o bien se estaban implantando o tenían ya una larga historia. Frente a esa situación, actualmente ya no es la geografía la que marca las diferencias sino la tecnología y el acceso a la misma, y las fracturas ya no tienen áreas físicas sino sociales.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) conserva en su Archivo las fichas manuscritas, en papel, en las que se volcaron las respuestas devueltas al Ateneo por los distintos informantes. Su número actual se acerca a las 18.000, aunque no es el original ya que a lo largo del tiempo se ha producido la pérdida de varios apartados, sobre todo en la sección dedicada a la defunción.
A partir de este importante volumen, las actuales tecnologías permiten una presentación de manejo más ágil que la muy meritoria iniciada hace unos años por el Museo del Pueblo Español en base al estudio de Antonio Limón Delgado y Eulalia Castellote Herrero.
Desde hace un par de años el MNA venimos trabajando en la digitalización de esas fichas y en la transcripción llevada a cabo por los investigadores citados. Esta se conserva actualmente en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, una institución que ha dado todas las facilidades para que se pueda llevar a cabo su escaneado. Dada la época en que se hizo esta lectura, la documentación está en fichas de papel/cartón escrita a máquina de escribir no eléctrica. Son fichas que presentan una variada gama de posibilidades ya que las hay desde aquellas que dicen escuetamente: “Nada”, hasta las que ocupan más de 70 papeletas.
La revisión del volcado de esas fichas mecanografiadas a un texto plano es el trabajo que se está realizando en la actualidad y que implica una confrontación entre la transcripción y la ficha original con el fin de que aquella sea un reflejo fiel de lo que dice esta. Esta actitud se deriva de que la informática permite ahora mostrar a la vez tanto el original escrito como la transcripción del mismo, algo que se agradece porque no todas las letras en las que están copiadas las fichas son de lectura fácil.
Además, con motores de búsqueda diferenciados se facilitará las necesidades de quienes se quieran acercar a ella ya sea con fines investigadores o con la simple curiosidad de saber cómo eran algunas costumbres en su localidad hace más de un siglo.
Esta presentación en Web permitirá análisis tangenciales que añadirán una novedad a la edición de las respuestas que se ha venido haciendo hasta ahora, casi siempre asociada a un ámbito provincial o autonómico.
Como complemento de la imagen y de su transcripción, la presentación de cada ficha incorporará los datos de carácter geográfico, el bloque en el que se inscribe y, en el caso de conocerse, los relativos a la persona que los redactó. Esta última faceta que ha sido objeto de estudio en algunas de las publicaciones que generó la Encuesta aparecerá ampliamente reforzada dada la búsqueda que se ha hecho sobre las personas que, desde antiguo, aparecían mencionadas como “informantes”.
También, tenemos la intención de que mediante las posibilidades informáticas actuales se permita que la web asuma datos procedentes de las localidades que recopilaron las informaciones hace más de cien años, y que lleguen a través de quienes consulten la Web, así como que estas se complementen con imágenes de los espacios o de los objetos citados que ayuden a complementar los textos científicos y a aclararlos para los futuros visitantes de la misma.