Elena del Rivero pone en cuestión todos los principios sobre los que se ha basado su práctica artística de varias décadas, y con ellos, todas nuestras seguridades: la materialidad y la función del arte contemporáneo, los espacios de representación, las ideas vinculadas al progreso unívoco, las categorías y jerarquías de la cultura de la modernidad… Del Rivero se pregunta si tiene sentido seguir “avanzando” hacia no se sabe muy bien dónde mientras despreciamos los saberes ancestrales y el ecocentrismo que aún laten condenados a extinguirse en los rincones marginados del mundo rural, en los márgenes de la sociedad global. Ella, de la mano de Mateo Feijoo, e inspirada por esos saberes, ha decidido poner en marcha una catarsis, un rito sacrificial, para buscar un nuevo renacer. El resultado, en las instalaciones que, en el espacio central y el rehabilitado espacio exterior del museo, contribuyen también a este nuevo principio del MNA. Un proyecto que cuenta con el apoyo fundamental de la Subdirección General de Artes Visuales y Creación Contemporánea, la Subdirección General de Gestión y Coordinación de Bienes Culturales y la Xunta de Galicia.