“Una habitación propia” es el nombre que popularmente se le ha dado al texto escrito por Virginia Wolf en 1929 a partir de varias conferencias que impartió el año antes en la sección femenina de la Universidad de Cambridge. Si bien el texto es en prosa y se utiliza a un narrador ficticio, es considerado un ensayo sociológico por su estrecha relación crítica con la situación de las mujeres en la sociedad de ese momento, sobre todo en el contexto de la producción literaria. La elección de la “habitación” como metáfora se debe a la necesidad de un espacio propio para llevar a cabo una labor literaria, espacio que era negado a las mujeres así como el acceso a estudios universitarios que generalmente estaban destinados a los varones de la familia. El texto denuncia también el sistemático olvido de la importancia de las escritoras femeninas en esos inicios del siglo XX.
Lo que ahora os proponemos es utilizar la idea de Wolf para fomentar el diálogo sobre la realidad de los museos de hoy. La teoría museológica ha evolucionado mucho en las últimas décadas, pero lo ha hecho desde dentro de las propias instituciones, de los organismos de los cuales dependen o del ámbito académico relacionado con la disciplina. Apenas existen proyectos en los cuales sea el propio público quien hable de los museos que visita y cuál es la relación que establece con ese espacio, con los bienes patrimoniales allí custodiados y expuestos, con el resto de personas con las que coincide allí o con las actividades que la institución propone. Por ello, y como si de una habitación propia donde poder escribir se tratase, os proponemos que nos enviéis vuestra visión de los museos en forma de textos que iremos colgando en nuestro blog estos meses. Podéis hablar de un museo en concreto o de los museos en general. De forma divertida o crítica. Proponiendo cambios o ensalzando virtudes. Y hacerlo desde la igualdad de género, la diversidad cultural, la justicia social, la concepción del arte o de la historia actuales… o desde cualquier otro ángulo de visión que penséis que merece la pena adoptar. De lo que se trata es de fomentar un museo más participativo y dialogante, hecho entre todos y todas. ¿Os animáis?
Lo único que tenéis que hacer es mandarnos vuestros textos. Intentad, eso sí, que no sean demasiado extensos, pues cada uno de ellos ocupará una entrada del blog y ya sabemos por experiencia lo que pasa cuando nos ponemos a leer un texto demasiado largo por internet. Y si lo acompañáis con alguna imagen, mejor que mejor. Las formas para hacernos llegar vuestros escritos están explicadas en la página principal de nuestro blog.