Esta exposición pretende ser una reflexión a través de fotografías y objetos sobre la “Exposición General de Filipinas” de 1887, una muestra muy alejada en el tiempo y en las mentalidades. En ese año y en el parque de El Retiro, Madrid vivió un acontecimiento que se enmarca en el contexto de las exposiciones universales y particulares que venían desarrollándose en las principales ciudades europeas desde mediados del siglo XIX.
Transcurridos 130 años desde su celebración, hemos querido recordarla, que no “conmemorarla”. Y no pretendemos conmemorar por lo que ha cambiado la actitud hacia una serie de conceptos relativos al control político y económico de territorios muy alejados del país que los ejerce. Tampoco la actitud hacia las personas que los habitaron es aceptable para la forma actual de ver las cosas. Por todo ello, lo que aquí se “presentará “es una forma de reflexionar sobre la manera en que se “mostró” Filipinas a los españoles en 1887.
La forma de realizar cualquier exposición tiene mucho de elección personal y social. Lo que se muestra en ella, participa de las decisiones tomadas por personas concretas; unas decisiones que en la mayoría de los casos no se dicen de forma explícita. Cualquier presentación se puede calificar de una opción entre otras muchas posibles y, como se ha destacado a menudo, puede ser más una “representación” que un reflejo de la realidad. Y no tanto porque no sea realista sino porque solo se ofrece una parte de esa realidad desde unos planteamientos que podrían haber sido distintos y, por eso mismo, haber llegado a mostrar una imagen diferente.