El Greco (1541-1614)
La representación de san Pedro reconociendo su culpa e implorando el perdón por haber negado a Cristo tres veces fue utilizada por los reformadores de la iglesia católica para fomentar el arrepentimiento personal, la necesidad de perdón y, consecuentemente, la práctica del sacramento de la penitencia. Salto de línea Salto de línea Este tema iconográfico fue muy frecuente en las últimas décadas del siglo XVI, pero el Greco fue el primero en mostrar a san Pedro aislado, de medio cuerpo y los ojos inundados por las lágrimas, próximo al creyente para incitarle a seguir el camino que le indica con su mirada.Salto de línea Salto de línea Se trata de una de las composiciones más difundidas del Greco, de la que existen varios ejemplares. Está firmada por el Greco a la altura del hombro de San Pedro. Muestra elementos muy característicos del estilo del pintor: pincelada suelta y vigorosa; colores puros, luminosos y muy vivos; figura alargada; manos y rostro desmaterializados, con fuertes contrastes de luz y sombra que confieren a la figura cierto dramatismo.
El asunto de las lágrimas de San Pedro será utilizado por teólogos y moralistas de la Contrarreforma como elemento de acercamiento al fiel, aproximando las debilidades del santo al hombre mortal, mostrando que hasta San Pedro puede cometer faltas, y ser posteriormente perdonado.
Es una pieza destinada a oratorios privados, a clientes particulares dentro del marco del “cuadro de devoción” potenciando el acercamiento emocional entre el fiel y la imagen.