Las lámparas votivas son una tipología de piezas de ajuares litúrgicos cuya función era arder para iluminar, bien a una imagen de la que se sentía una fuerte devoción, bien al Santísimo Sacramento, con lo que eran frecuentes encontrarlas acompañando a los sagrarios de las capillas
La lámpara del Museo del Greco es de una pieza del siglo XIX de latón dorado, torneada y con aplicaciones de elementos de fundición. Carece de decoración, a excepción del borde que se ornamenta con una crestería de estructura calada de elementos geométricos.
La tipología de esta pieza es representativa del eclecticismo, tal como indican los motivos decorativos de cresterías caladas que están inspirados en los historicismos medievalistas.
Este tipo de piezas industrializadas del siglo XIX y concretamente las de latón, no suelen presentar el habitual sistema de marcaje de las de plata que identifican al artífice, a la ciudad y al fiel contraste. Hasta el momento, su procedencia es desconocida. Probablemente fuese una de las tantas compras que realizó Benigno Vega y Flaquert, marqués de la Vega-Inclán para sus fundaciones.