Este jarro talaverano pertenece a la llamada serie "claroscuro", "azul" o "chinescos" característica de los siglos XVII y XVIII. En ella se reproduce un ave, entre un paisaje vegetal, y al lado contrario el escudo del Real Monasterio de Guadalupe.
Las suaves ramas escalonadas de los árboles y el uso de los azules de distintas tonalidades caracterizan a esta serie, a la que suelen pertenecer numerosos albarelos de boticas monacales, así como jarrones, jarras y platos de temáticas evergéticas. Tiene influencias de centros cerámicos de Centro Europa, a la vez que recupera esas influencias (a través de centro Europa) de las porcelanas chinas que caracteriza a la cerámica de Talavera desde el XVI.