Las imágenes fotográficas reunidas por el marqués de Cerralbo y su familia entre 1855 y 1922 integran un fondo cercano a los mil negativos sobre placa de vidrio y tres mil quinientos positivos de papel.
Temáticamente, pueden diferenciarse cuatro grandes grupos: la fotografía familiar; la fotografía fruto de sus viajes y su interés por el arte y la cultura; la fotografía que documenta su actividad política como militante carlista; y la fotografía científico-arqueológica. Destaca la colección de retratos de familiares y personajes allegados, algunos obra de fotógrafos consagrados como A. Disdéri, J. Laurent o Martínez de Hebert; las vistas de ciudades, las reproducciones de obras de arte y monumentos adquiridos a un buen número de fotógrafos y estudios europeos; así como una pareja de fisionotrazos atribuidos a Bouchardy y un curioso ejemplar de fotoescultura realizado en París.Salto de línea