Ca. 217-215 a.C. República romana. Segunda Guerra PúnicaSalto de línea BronceSalto de línea 6,10 gr.; 20 mm.; PC 12 h.Salto de línea Lugar de producción: Roma Salto de línea Emisor: AnónimoSalto de línea Inv: VH 4334Salto de línea Ubicación: salas de reservaSalto de línea Catalogación: Miguel Ángel Cebrián y Rebeca C. Recio Martín
ANV/ Cabeza de Mercurio con pétaso a derecha. Gráfila de puntos. Salto de línea REV/ Proa de nave a derecha. Encima, leyenda ROMA. Gráfila lineal.
Ref. bibliogr.: RRC (2001), p. 149, 38/7
La República romana se encuentra inmersa en la Segunda Guerra Púnica. El general cartaginés Aníbal Barca y su ejército avanzan por la Península Itálica. En el camino hacia Roma se enfrentan al cónsul Cayo Flaminio Nepote en la batalla del lago Trasimeno (año 217 a.C.). La consecuencia fue una dura derrota del ejército romano, y el avance, apenas sin obstáculos, de Aníbal hacia la ciudad legendaria.Salto de línea Este contexto bélico en el que está inmersa Roma explica la mayor reducción del peso en las monedas de bronce que se produjo en su historia, y la devaluación de la moneda de plata, pasando del sistema métrico libral al semilibral, para hacer frente, así, a la dura situación económica de una república en guerra. La reducción de pesos en el sistema semilibral pretendía producir monedas con el mismo valor que en el sistema anterior, pero con menor contenido en metal. Por ello, continúan las emisiones, en bronce, de ases y divisores, siendo la uncia el equivalente a la duodécima parte del as, y la semuncia a la mitad de una uncia. Las denominaciones más bajas pasaron a ser, en estos momentos, las más comunes, fabricándose mediante acuñación y mostrando la leyenda ROMA. Salto de línea Las semiuncias, al igual que los sextans, adoptaron en el anverso la representación del dios Mercurio con casco alado o pétaso, hijo de Zeus y de la ninfa Maya, símbolo del comercio y mensajero de los dioses, acompañado en el reverso por la representación de una proa de nave, en alusión a la expansión marítima de Roma, conociéndose estas amonedaciones como pertenecientes a la “serie de la proa del sistema semilibral”.