Francia, mediados siglo XVIII.Salto de línea Roble, pino/ lino o yute/ cuero/ seda/ bronceSalto de línea Ensamblaje, talla, óleo sobre tabla, dorado, encerado/óleo sobre sarga/tafetán/fundición.Salto de línea 177 x 84 x 98 cm.; varales 315 cm.Salto de línea Inv. 396Salto de línea Ubicación: Armería
Bibliografía: ROUBO, J. A, L´Art du Menuisier Ébéniste, IIIe Section de la IIIe Partie de L´Art du Menuisier, París, 1774, p. 817.
Catalogación: Sofía Rodríguez Bernis y Julio Acosta Martín
Sobre la estructura de madera de conífera (en las partes visibles), consistente en un entramado de montantes y largueros sin panelar, se extiende una sarga que cierra la silla por todos sus lados; sólo el zócalo está panelado con madera, que protege la parte del mueble más expuesta al deterioro. La ligera armadura contrasta con la robustez de los varales de roble, que se justifican por su función sustentante durante el transporte. Esta última madera apunta a una construcción de origen francés.
Sarga y zócalo de madera están decorados con pinturas. Los fondos imitan los chapeados de bois unis -maderas unidas- así denominados por consistir en grandes planchas de un mismo color y calidad, y de veta marcada, en general paralela, que estuvieron de moda en la Francia de la época. Aquí se trata de imitar una de las variedades de las maderas comunmente conocidas como palos. Se organizan a modo de chapeados radiales, composiciones de piezas triangulares que partían de un punto central. Quizá esta parte de la ornamentación sea la más avanzada dentro del repertorio rococó que invade todo el mueble; estructuras semejantes pueden encontrarse todavía en 1774 en el libro de Roubo, L´Art du Menuisier Ébéniste (III sección de la III parte, plancha 285), que incluye un buen muestrario de estas combinaciones.
El resto de la decoración consiste en composiciones de carácter vegetal, las mayores centradas por veneras asimétricas rodeadas de frutas -peras, manzanas, ciruelas...- y flores -rosas, campánulas...- En el frente y la trasera, además, se representan cisnes y un delfín. Todo el conjunto está enmarcado por rocallas doradas, pintadas y talladas, que insinúan acartelamientos que estructuran rítmicamente la superficie. La pieza se apoya sobre unas ménsulas invertidas en las que se aprecia el dorado al agua original, en tanto que el resto de las maderas aparecen redoradas en su totalidad. Las bisagras y los metales de los refuerzos presentan terminaciones recortadas semejantes a las empleadas en Francia a mediados del siglo XVIII.
Las ventanas se cierran con vidrios que se alojan en el cuerpo del mueble, del que se extraen tirando de una cinta, encajándose después en el bastidor del vano para cerrarlo. El interior está tapizado por una seda a rayas blancas, azules y rojas, entonándose las maderas vistas también en azules. Ha perdido la almohada del asiento.
El exterior del techo y el suelo están realizados en cuero