El Museo Cerralbo es una casa museo que conserva gran parte de los ambientes originales en que se desarrolló la vida de la familia que construyó y habitó este palacio entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Por ello, el edificio y sus espacios constituyen un bien cultural en sí mismo.
Las obras de arte y objetos conservados en estas estancias responden a dos tipologías, objetos de colección, reunidos por las familias Cerralbo y Villa-Huerta y que proceden de viajes, regalos, herencias o adquisiciones en el mercado del arte, y objetos personales, tanto de adorno y uso diario del hogar como de carácter personal, pertenecientes a Enrique de Aguilera y Gamboa, Inocencia Serrano, Amelia o Antonio del Valle.
Como consecuencia, se trata de un conjunto de bienes muy heterogéneo que abarca el ámbito de las Bellas Artes -pintura, escultura-, las Artes Decorativas -mobiliario, cerámica, vidrio y joyería entre otras-, las Artes Gráficas -fotografía, dibujo y estampa- colecciones de arqueología, antropología y textiles, además de la Armería, el monetario, la biblioteca y el archivo histórico.
Colecciones que incluyen bienes de toda cronología y procedencia, desde la Prehistoria hasta la Edad Contemporánea procedentes de los cinco continentes, pero con predomino de las escuelas, talleres y productores europeos de los siglos XVII al XIX, y que conocemos gracias a los inventarios generales que Juan Cabré elaboró en 1924 y 1927.
Objetos bellos y funcionales dispuestos en la treintena de salas del palacio, de acuerdo a los gustos de la familia, testimonio de modas y cambios que cien años después, siguen ofreciéndose “a los aficionados a la Ciencia y al Arte”.